jueves, junio 22, 2006

Otra vez son hogueras...

...y otra vez llevo dos días sin dormir (y me quedan tres). Y no por estar de fiesta, sino porque en esta ciudad no se permite a nadie evadirse del tema y no darse por enterado. Los festers invaden literalmente la ciudad, apropiandose de las calles que les vienen en gana y cerrándolas para su exclusivo uso y disfrute.



Alcalde y President poniéndose hasta el ojal



Para el que no sepa de qué va el tema, le diré, aunque los alicantinos se lo tomen a mal, que les Fogueres de Sant Joan son como las fallas pero en verano: en vez de quemarlas en la noche del 19 de marzo las queman en la noche del 24 de junio. Por lo demás, todo igual: se hacen mascletaes en el centro cada día a las 14:00 horas (sólo que en Valencia las hacen durante casi un mes y aquí sólo una semana); se elige a una reina de las fiestas y a su corte de damas de honor (sólo que allí se le llama la Fallera Mayor y aquí es la Bellesa del Foc); la gente metida en el tema se reune en barracas privadas (que son como casetas de la Feria de Abril, con su música, su bar y su comida, pero decoradas con distintas temáticas y plantadas en mitad de la calle, mil en cada barrio, en vez de reunirlas todas en una zona concreta); se plantan distintas esculturas de material inflamable en mitad de la calle a las que un jurado da premios en distintas categorías, indultan a un ninot y luego todo arde; hay desfiles, ofrendas florales, petardos, conciertos...

El problema gordo que hay es que todo esto lo hacen en medio de todas las calles de toda la ciudad durante una semana completa, siendo días laborables (la inmensa mayoría de los festers tienen negocios, pequeñitos o no tanto, o son autónomos, y los demás se piden las vacaciones en esas fechas pero claro, no todos los que vivimos en Alicante podemos pedir las vacaciones en Hogueras porque los festers de tu empresa ya lo habrán hecho antes que tú y ay de tí si se las quitas). El centro de la ciudad está cortado al tráfico de manera completa. Incluyendo el transporte público, claro. En lo que no es el centro no te cortan el acceso completo a los barrios, pero sí calles, plantando hogueras en las intesecciones o poniendo una barraca.
La estructura de una barraca es coger una calle completa, poner vallas metálicas de obra a lo largo de cada acera, cubrirlo todo con una lona y montar dentro una cocina, una barra, un huevo de mesas y, en las más pudientes, un escenario para que toque una orquesta. Una de esas, de categoría especial (lo que quiere decir que cada día se juntan ahí dentro entre 100 y 150 personas) me han colocao en la calle de mi portal. Donde esa calle se cruza con dos más está su portada y la trasera (justo donde el escenario) de otra. Y todos los días, desde el martes 20 por la noche, desde las 18:00 hasta las 3 y pico de la mañana, suenan a toda leche todos los greatest hits de OT desde su fundación, todo el reggeatón mix y los números uno de Chayanne, Tizziano Ferro, Merche y su puta madre. Todo aderezado con el Canto del Loco, el sueño de Morfeo, La Oreja de Van Gogh... ¡y Paquitooo! ¡Diooooossss! Pero eso no es lo peor, que a la música quieras que no te acostumbras algo y te acabas durmiendo. Lo peor son los petardos. Uno de tras de otro, de los que suenan, de los que silban, de los que ruedan... y un mínimo de una traca cada 5 minutos. Hasta las 3 de la mañana.









Barraquers jodiéndome la vida




Y al día siguiente a trabajar por la mañana, tardando el triple en en llegar debido al atasco monumental que supone dejar libres sólo 4 arterias principales para moverse por las afueras y que ahí tengan que ir a parar los coches de una ciudad de 300.000 habitantes porque tampoco hay autobuses. Y eso si tienes la suerte de no trabajar en el centro. Porque entonces sólo puedes ir andando desde tu casa o acercarte en moto / bici y luego andar. Tranquilo, no llegarás tarde por quedarte dormido. Cada día a las 8 de la mañana los cachondos de la comisión del barrio desfilan con los trajes típicos y el puto estandarte de la hoguera seguidos por una banda de música tocando pasodobles con el bombo y los platillos a todo trapo (la "despertá" le llaman, qué cachondos). Y cuando llegas por la tarde no creas que podrás dormir la siesta para recuperarte. Recuerda que el jaleo empieza a las seis.

Así que, por mi salud mental, he decidido que de aquí hasta el final de las fiestas saldré cada noche a encervezarme. Si tengo que ir a trabajar sin dormir, al menos que sea por una buena causa, ¿no?

Etiquetas: ,

2 Comments:

At 2:06 p. m., Anonymous Anónimo said...

exagerá... y lo que mola cuando vas por la calle y un crio te tira un petardo a la cara cada vez que doblas una esquina, o te metes con el coche o la moto en una calle y te das cuenta de que está cortada cuando ya es demasiado tarde, porque no hay una señal que indique tal situacion?

 
At 1:07 a. m., Blogger El Paseante said...

Odio las fiestas populares. Deberían ser opcionales. Aquí, al menos, esos días no hay que ir a trabajar (en la mayoría de los trabajos), pero la ciudad está tomada al asalto, y vale todo. Y vas a entrar en tu casa y se han meado 40 personas en la puerta. y vas a arrancar el coche y hay un borracho durmiendo sobre el capó. Y llamas a la parada de taxis y el teléfono lo coge un imbécil de cachondeo imitando a Martes y 13. Y en Urgencias ya puedes aparecer con tres heridas de bala, que te acusarán de haber bebido demasiado. Y vayas donde vayas, la calle y la gente huelen igual: a mierda. Y a mitad de fiestas encuentras pedazos de toro descuartizado tirados por las calles...

Y a todo el mundo le parece la ostia de gracioso y de alegre.
A mí me parece una puta mierda.

Haces bien en emborracharte, porque si no, no se como se pueden reprimir los instintos homicidas...

 

Publicar un comentario

<< Home