martes, septiembre 19, 2006

La inmigración desde el otro lado.

Entrevista en el periódico La Verdad de Alicante a Alou, inmigrante senegalés, en la que habla sobre las motivaciones que tienen en África para venir a España.




Después de un verano en el que la llegada de cayucos a las costas españolas provenientes de África ha desbordado todos los pronósticos, la inmigración ilegal ha pasado a ser un problema de máxima preocupación para los dirigentes y ciudadanos de toda Europa. Las inquietudes desatadas en el primer mundo a raíz de este éxodo se conocen bien, pero, ¿qué hay al otro lado? Muchas veces se olvida que detrás de las cifras se encuentran personas que sufren y se arriesgan por llegar a tierra europea. ¿Cómo lo viven ellos?

De todo esto y de más habla Alassane Sy, el inmigrante senegalés que el 14 de julio rescató a una niña en la playa de San Juan después de que ésta fuera atacada por un pez golfar, el cual le causó un grave desgarro en el brazo y la mano.

- ¿Qué opinión le merece la oleada de inmigrantes senegaleses que están llegando a Canarias?

- Es terrible, esto no es normal. No está bien que la gente arriesgue su vida de esa manera, amontonados en pateras, perdidos en alta mar durante días para que, al final, muchos que lo intentan acaben muriendo. Los senegaleses lo que queremos es trabajar, encontrar una mejor vida para nuestras familias y para nosotros mismos, pero esa no es la manera. Antes que subir a un cayuco, yo intentaría encontrar trabajo en mi país, ganar todo el dinero que pudiera y, entonces, comprar un billete de avión y entrar en Europa con un visado. Vida sólo hay una, y perderla así es muy triste.

- ¿Qué es lo que impulsa a esa gente para que, tan desesperadamente, se lance al mar?

- En mi país, todos pensamos que en España encuentras trabajo enseguida y ganas mucho dinero. Pero, desgraciadamente, no es así. Sufro mucho cuando veo en la televisión a mis compatriotas durmiendo en la calle y sin nada que comer. Me da muchísima pena. Si yo no hubiera tenido tanta suerte como la que tuve cuando llegué, estaría como ellos ahora mismo. Ojalá pudiera ayudarlos a todos, ojalá pudiera meterlos en mi casa y darles de comer, pero es imposible, y por ello entiendo las dificultades por las que pasa el Gobierno español para solucionar el problema de la inmigración.

- ¿Qué les aconsejaría a los senegaleses que están allí y que quieren venir a España?

- Primero, por supuesto, les diría que no arriesgaran sus vidas cruzando el mar en patera. Después les hablaría de la auténtica situación que se vive aquí. Me refiero, sobre todo, a que no hay tanto trabajo como pensamos, que esto es muy duro y que hay compatriotas durmiendo en la calle. Pero sé que no me creerían. Me dirían «Alou, no nos mientas, lo que pasa es que te lo quieres quedar todo para ti». Y lo entiendo, porque yo también pensaría que me mienten si alguien desde España me dijera que la situación no es buena. Sin embargo, sí les animo a venir a Europa para buscar trabajo porque, a pesar de que mi caso sea excepcional, lo cierto es que soy feliz en España, tengo mi trabajo, ayudo a mi familia, tengo mis amigos... ¿por qué no pueden intentarlo ellos? Pero eso sí, que sea de manera legal, sin arriesgar la vida y, a ser posible, sabiendo seguro que ya tienen un puesto aquí.

- ¿Qué o quién hace pensar a los sengaleses que la vida en Europa es tan buena y fácil?

- Simple y llanamente, la televisión. Cuando, a través de las películas, ves las calles asfaltadas y adoquinadas, con tantos coches y la gente que va al trabajo, piensas: «Yo también quiero tener todo eso».Ves un país desarrollado, y luego miras a tu alrededor, y sólo está África.

- ¿Le preocupa que los inmigrantes puedan sufrir xenofobia en España debido a la entrada masiva de forma ilegal?

- Me da miedo que pueda ocurrir. Pero la verdad es que no creo que sea posible, porque los españoles me demuestran a diario que no son personas racistas. Aquí nadie me ha insultado nunca, ni se han metido con el color de mi piel; al contrario, mis amigos, muchos de ellos españoles, me dan la mano cuando me ven y se preocupan por mí. En Francia, por ejemplo, todo es muy diferente. Allí sí que tratan mal a los inmigrantes. No entiendo cómo Sarkozy [el ministro de Interior francés] puede decir que los negros tenemos que irnos de Francia, con lo mucho que los inmigrantes hemos trabajado por y para ese país. Cuando llegas eres inmigrante, te preocupas mucho por tener los papeles y trabajar, pero lo fundamental es que el país al que vayamos nos quiera, y yo siento que España nos quiere.

- ¿Cree que hay una solución para acabar con el problema de la inmigración ilegal?

- Para empezar, los políticos de Senegal deberían preocuparse más por desarrollar el país. Hay tierra de sobra para que todos los senegaleses vivamos en ella, pero el paro es tan grande y afecta tanto a los jóvenes que no nos queda otra solución que emigrar. Debería invertirse más en educación, para que todos los niños se escolarizasen y pudieran competir en igualdad de condiciones. También habría que mejorar la economía, crear más puestos de empleo, y fomentar la economía con base en las exportaciones e importaciones. Y, sobre todo, que los más ricos saquen la mano del bolsillo.

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